Resumen | Educarnos para el cuidado y preservación del medioambiente es algo que hacemos a diario. Somos al mismo tiempo educadores y educandos en un mundo intercomunicado, tecnológico y complejo. Aprender a vivir en un medioambiente sano implica entender que nuestro desarrollo como seres biológicos depende de ello. Pareciera que, pese a la implementación de políticas educativas que pretenden atender a los compromisos internacionales en materia de medioambiente, el camino a seguir dentro de las aulas sigue siendo incierto, lo cual corresponde en parte a que los discursos e imaginarios de los actores educativos pueden no coincidir y en ocasiones, diferir. Se requiere conocer significados, interpretaciones, negociar, establecer objetivos y metas. Como si lo anterior fuera tarea fácil, enfrentamos las difíciles tareas de decrecer, aprender a comer despacio, hacer un consumo inteligente, ahorrar energía, ser paperless y desprendernos, en lo posible, de pensar en forma lineal, superficial, del afán de posesión y suponer que enviar nuestra basura al espacio exterior o colonizar otros planetas aliviará nuestras dolencias.
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